Uno tiene todo el derecho de llorar y buscar. De decir cuánto
extrañas a la persona que fue tan importante para ti. Tienes todo el derecho de
despertarla a media noche y decir que la extrañas tanto que no te permitió
dormir esa noche. o simplemente decirle que hay cosas que aun están pendientes y deben de cerrarse.No hay maldad en sentir que puedes hacer cosas para arrancarte del pecho lo que sea que no te deje dormir tranquilo.
Verán, el corazón es el órgano más terco por lejos en
nuestro cuerpo, porque al contrario del cerebro, esta no usa la razón ni
intenta buscarle la normalidad a las cosas. Solo quiere ser amado y amar. El muy
desgraciado.
y a pesar de todos los estudios y avances que hay en la
ciencia, solo estamos rasgando la superficie de lo que es sentimiento humano. Porque
nos enamoramos; porque nos duele el amor y porque nos hace tan felices al mismo
tiempo o porque nos sentimos con el derecho de pedir cosas,son encrucijadas con
las que nos toparemos durante mucho tiempo y con las que nuestros antecesores tuvieron
que lidiar también.
Ósea, si el Neandertal se enamoraba de la Leandertal, este
iba y paf,!!! Mazazo en la cabeza y a su cueva.
Ahora ya no es tan accesible esta opción, por desgracia nuestras armas y estrategias se ven más limitadas y más
convencionales que en los años en que compartíamos
la tierra con los grandes lagartos.
Whatssap y gmail se convirtieron en ese mazo que tanto
efecto surtía y han reemplazado cualquier tipo de escaramuza que tan buen
resultado nos dio desde el comienzo del comienzo.
No se mal entienda: No me refiero solo a los hombres. Las mujeres
tienen los mismos problemas y se sienten a veces con los mismos derechos de
pedir cosas que probablemente perdieron también y mi descargo de esta semana va
orientado a público en general tal y como intento hacerlo siempre.
En definitiva; es malo sentir que uno posee algo, pero si es
bueno sentir el derecho de patalear y pedir, porque como dicen por ahí en pedir
no hay engaño..
Aunque sea 2 años más tarde…
5 años más tarde…
O dos semanas más tarde…
The messenger
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