De guerras subreales

Pensando en cómo las cosas cambian con la edad se me vino a la cabeza el recuerdo de mi niñez cuando no me quedaba otra que jugar con lo que encontrara a la mano , fue así como encontré en las hojas caídas de mi juguete preferido , me imaginaba que las hojas eran nave espaciales con diseños futuristicos , juntaba muchas y de muchos colores y formas con las que creaba verdaderas flotas ,donde cada color y forma les daba la calidad y el rango por así decirlo de cada individuo ,las verde claro eran las más comunas y en mayor cantidad, por ende eran las menos dotadas , algo así como la infantería que siempre estaba adelante y así pasando por otros colores con mayor armamento y niveles de fuerza .
Las rojas con forma subreal y tamaño más grande que en su efecto eran mucho más difícil de encontrar estaban siempre a la cabeza de cada batallón con sus respectivos escudos de energía y con armas capaces de destruir en proporción.
Una vez comenzada la batalla era una verdadera masacre en masa, comunicaciones entre generales de cada bando dando señales de avance o retirada según el curso de la batalla entre gritos de heroísmo sacrificios personales por el bien de la causa.
Interminables tardes de diversión se me fueron de esta forma, distraído y alejado de una realidad a la que no tuve elección ni pude escoger pero que para bien o para mal me toco vivir.
El mundo ha cambiado mucho desde entonces, ahora las grandes batallas entre naves y demonios se pueden ver en la vida real, en el televisores, en la radio y porque no en las grandes avenidas de Paris. Masas de gente de diferentes colores tamaños y “rangos sociales” chocándose entre sí, aniquilándose por espacios vacios con valores ridículos e inútiles. Peones y piezas de un gran ajedrez manipulado por unas cuantas manos desde las sombras de la impunidad.
Tenemos la responsabilidad si bien no la obligación de cambiar algo que a sido una norma durante nuestras vidas, aprender a amar y dejarnos amar por los demás, creer y hacer que crean en nosotros, y por sobre todo dejar de hacernos daño entre nosotros mismos.
Por que las hojas secas no deberían ser usadas como juguetes velitos sino como un fertilizante para un futuro mejor.
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