Haciendo una pequeña
reflexión de este pasado mes de septiembre, pero mas aun, de los días en que
las festividades del 18 y días consiguientes, quise hacer un balance de las
cosas que hice mal o bien. Entre ellas las políticamente correctas como así le
llamamos.
Lo primero seria dejar en
claro el concepto de lo políticamente correcto, y luego poder recrear acciones
que puedan o no entrar en esta categoría.
Políticamente correcto
significa que es algo que en un entorno normal y cotidiano es mal visto, pero, en
ciertas circunstancias (wow escribí circunstancias sin equivocarme ) pueden
pasar como algo natural y bien visto, incluso en algunos casos, necesario u
obligatorio.
Dicho y aclarado esto,
podríamos dar ejemplos de las cosas cotidianas que cambian de sentido en
lugares, fechas y eventos especiales.
Es políticamente correcto:
1.
curarse como
tagua durante los días en que las fiestas se llevan acabo. Aunque en el general
del año, ver personas curadas en la calle representa una indignación para el
general de la población, en estas fechas toma un sentido opuesto, donde las
noticias locales se llenan de imágenes de personas tambaleándose y levantando
vasos de terremotos, chicha o cualquier otro brebaje alcohólico.
Se entiende
que el que no celebra, no es chileno, o , simplemente es fome y amargado.
2.
Comer a destajo y
subir al menos de dos a tres kilos en el
corto y limitado tiempo de 4 o 5 días que duren las festividades. Esto tomando
en cuenta las intensas y castigadoras dietas que seguimos durante el año, y que
por obra y gracia de Dios, los días de septiembre, mucho mas que en cualquier
época del año, caducan.
3.
Amar por sobre
todas las cosas a la patria por encima de cualquier otra cosa. En este punto en
especial quisiera decir que mi orgullo de ser chileno es diario durante el año,
pero que en esta fecha se acrecienta un 200%, probablemente se deba a las
toneladas de publicidad televisiva con la que se nos bombardea un mes antes.
Dejémoslo
ahí , creo que con tres, es mas que suficiente para dar a entender hacia donde
va esto.
17 de
septiembre y a las 19 horas de la tarde ya estábamos rumbo al campo. Con la
expectación de saber que pasaríamos un buen fin de semana largo como hace años
no se daba en chile. Lamentablemente, el ultimo mini al campo sale a las 8 de
la noche y nosotros llegaríamos pasado las 10 a Talca. Lo que significa que por
obligación tendríamos que pernoctar (grande chorrin) en casa de mi tía y así al
día siguiente, tempranamente retomar el viaje hacia Los nogales.
Cual seria
nuestra sorpresa, al darnos cuenta a nuestro arribo, que ya el día 17 en casa de mi tía se llevaba a cabo un
pequeño asado para comenzar las fiestas patrias como se debía.
Tímidamente
comencé con una lata de cerveza, la cual me pareció bastante razonable, dado el
largo viaje que tenia ya a cuestas, era mi pequeña recompensa.
Cuento
corto, no sin antes enumerar las cuatro piscolas, los tres roncolas, media
botella de vino tres vasos de whisky y varias latas de chela, termine
enfrascado en una grata y muy reconfortante conversación con mi tío Carlos,
donde entre reflexiones, recuerdos y anécdotas se nos fue otra botella de vino.
Debo dejar
en claro que aunque disfruto mucho tomar un vino con los amigos y hablar de temas mundanos.
Jamás se puede comparar al tomarse una botella de buen vino , vino caro, con
alguien que te lleva la delantera en experiencia he intelecto años luz.
A las nueve
de la mañana del día 18 apareció mi tía con una sonrisa del tamaño del portón
de entrada, lista para llevarnos al terminal. No podía creerlo. Como hacia años
desperté curado, hecho un churro. Tome las cosas como pude y me eche agua fría
en la cara para despabilar( con muy poco éxito) y salimos.
Es de aquí
en adelante cuando el primer punto se da a luz, donde algo que es impensado, se
vuelve en algo políticamente correcto. No era un borracho de mierda, era un
cochecho, un borrachín alegre y fiestero, un alma dieciochera que merecía ser
aceptado y comprendido.
Me fui dando
jugo todo el viaje hasta llegar al terminal,
y al sentarme por fin en el mini, decidí dormir, y así despabilar, tenia
una hora para dormir la mona y no llegar tan mal al campo. Mentira, cerré los
ojos, y dos segundos después sentí el remezón en el hombro indicándome que ya
era llegábamos.
¿Pero como ?
-
Si apenas dormí
dos segundos-
Claramente,
en un estado etílico las cosas pierden el sentido del tiempo y el espacio,
haciendo que las distancias se transformen por arte de magia en meros metros.
Comencé
el día tomando con el cuñao, quien ya me estaba esperando desde la jornada
anterior. Para mas tarde seguir con el asadito de día 18, que debo dejar claro
, se veía prolongando desde el día anterior y termino varios días después,
pasando por las empanadas y muchos regaloneos mas. Segundo punto.
Se
hicieron fiestas, asados, tomateras y cuanto se pudo por la patria y cosas que
durante el resto de año, como bailar cueca y beber terremotos, que en otra
fecha del año son impensadas, se de pronto se transformaron en obligación. Y es
aquí donde el punto tres se hace presente, es aquí donde se hincha el corazón y
la cueca pasa de ser una aburrida danza, con pocos recursos atractivos a la
vista, se transforma en nuestro orgullo nacional.
Fue
un buen fin de semana largo como no pasaba hacia tiempo, y donde me rodee de
personas que me quieren y me respetan por y como soy. Mi familia, que si bien
no siempre están de acuerdo en muchas de
las cosas que hacen y gran parte del tiempo se pelean por cosas que ni ellos
mismos comprenden, en momentos de unión se transforman en un ladrillo solido,
capas de afrontar cualquier cosa .
Fue
un fin de semana en el que se dieron muchas cosas, buenas y mejores, para
disfrutar y crear recuerdos que perduraran por años.
Fue
un fin de semana en el que debo decir, fui políticamente correcto.
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